martes, 10 de septiembre de 2013



" El ciclo de los Muros "

" Dicen que con el tiempo te vas haciendo fuerte, tras salir de batallas internas producidas por la amistad o el amor, cuyo objetivo consiste en olvidar y avanzar. Con cada paso que damos para alcanzar la meta de la vida, van muriendo y naciendo sentimientos y emociones, de esta manera escribimos nuestro pasado.
De lo vivido, dividimos entre bueno y malo, en rachas positivas, nos encontramos en un bienestar emocional capaz de hacernos sentir que podemos con todo. En cambio, en rachas negativas, nos sentimos perdidos, desorientados al ver que no merecemos lo que nos pasa, que no merecemos sufrir, y la mejor manera de salir es asumir que esto forma parte de la vida, porque si al mal tiempo se le pone buena cara, del daño recibido seremos capaces de sacar el mejor consejo que nadie jamás podrá darte.
Algunas personas viven con secuelas y cicatrices, de aquellos tiempos en los que sufrieron tempestades violentas, y no creo que haya nadie que al recordar el sufrimiento, no sienta algo de mido y escalofríos. Yo, soy una de esas personas, que he aprendido a vivir con ello, construyendo muros del material más resistente que existe, para protegerme de los rayos más feroces de las tormentas, temiendo que lleguen al corazón.
Cuantos más muros, menos sentimientos, voy enterrando emociones, ganando seguridad y frialdad a la vez que pierdo sensibilidad, peso y fuerza, propiciando la dejadez y la desilusión, existiendo la posibilidad de caer en mi propio descontrol. Parece que te quedas sin sentimientos, sin personalidad, parece que te conviertes en un ser inerte...
Pero al haber vivido varias veces esta situación, uno aprende a no perder la calma, y sabe llevar la mejor estrategia y a desarrollar lo aprendido, ... Hasta que llegue un nuevo rayo que consiga partir los esquemas y murallas que hay dentro de mí, arrasando con todo, impulsando la restauración completa de mi ser."

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